028. Determinismo vs Libertarismo

028: Determinismo vs Libertarismo

Madeleine: ¿Tú al fin si quieres ir conmigo al concierto? Ni suenas ni retruenas.

Me: ¿Tú quieres?

Madeleine: Si tu quieres… ¿Cómo llego allá? 

Me: Primero, una pregunta sobre arte. ¿Cómo se debe cuidar un cuadro pintado en lienzo para que se conserve bien?

Madeleine: Nada. Y menos si es en óleo. Eso tiene conservantes muy fuertes. Mira las pinturas del Renacimiento.

Me: Está bien. Gracias. 

Por cierto, creo que ya no te voy a regalar a mi gato. Y no es que esté enojado contigo ni nada, sino que me cansé de esa pintura. Creo que la dañé más y creo que de todos modos te dá lo mismo tenerla o no, así que no tengo ninguna motivación para seguir con eso.

Madeleine: No me da lo mismo tenerla o no. Me molesta que trates las cosas así. Tus cosas. No tienes cariño para ti y buscas algo en otros. Si tú no pones tu pie firme y alzas tu mano para impulsarte, nadie lo hará por ti. ¿Sabes qué es lo que me molesta? Que pienses que a mí me da todo lo mismo. 

Me: Nadie lo va a hacer, nadie puede. Yo he tratado por mucho tiempo y no he podido. Esto es en lo que me ha convertido la vida. Ojalá pudiera ser como tú, libre y feliz, pero si pudiera, entonces lo sería. No puedo. Solo puedo ser como soy, como me tocó ser, y seguir hundiéndome más profundo hasta que me toque ser de otra forma. Tú no lo entiendes, tú no eres feliz y fuerte solo porque quieras serlo, porque todo el mundo quiere y no todos pueden, solamente que tú has tenido un poco más de suerte. Así es la vida.

Madeleine: ¡¿Suerte?! JAJAJAJA. Me haces partir de la risa. 

Me: Si eres feliz, entonces tienes suerte. Yo no puedo estar bien por más que lo intento.

Madeleine: Tú no sabes, léelo bien, CUÁNTA MIERDA HE TENIDO QUE COMER TODOS MIS AÑOS DE VIDA. No me gusta decirlo, porque no quiero despertar esos demonios, pero no quieres saber. Lo que me permitió estar aquí es ponerme en pie para mis padres que los amo.

Me: Está bien. No estoy diciendo que tu vida sea perfecta.

Madeleine: ¡¡AAAAAAHHH!!

Yo no juzgo tu pasado. No soy libre y no siempre he sonreído. NO DIGAS QUE NO LO ENTIENDO.

SOLO QUE SI ME QUEDO EN EL HUECO, ME MUERO POR ESTAR EN EL PUTO HUECO.

ESTOY ORGULLOSA DE MÍ, PORQUE SALÍ DE ESA MIERDA. Y PUEDO ESTAR ENFERMA POR CULPA DE ESO. Y ¡¡¡QUÉÉ!!!

No permitiré que mi vida se acabe por el pasado. Aún hay cosas hermosas.

Me: Solo digo que si eres capaz de ser feliz y de ser fuerte, eso es algo bueno que tienes y yo no, y que si lo tienes, no es porque quieras, porque todo es simple suerte, azar, consecuencia de mil variables que no controlamos y que son nuestras experiencias. Nada depende de nosotros mismos, ni siquiera dentro de nosotros mismos. Si puedes no quedarte en ese hueco es suerte, no es solo porque quieras, sino que has tenido la suerte de poder salir de ahí. Yo no he podido. No es porque quiera quedarme en el hueco que he estado toda mi vida. He intentado salir mil veces y no he podido. He intentado ser fuerte y no he conseguido nada. Así que lo que molesta a mí es que digas cosas como: “solo sal de ese hueco y ya”, “solo sé feliz y se fuerte y ya”, “solo deja de hundirte y ya”, porque nada de eso depende de mí. Lo he intentado toda la vida y aquí estoy.

Madeleine: Nunca es suerte.

Me: Siempre es suerte.

Madeleine: Ve tú solo. O dame las boletas y las venderé. Te devolveré el dinero.

Me: ¿Por qué ya no quieres ir?

Madeleine: Porque me has faltado al respeto. 

Me: ¿Cómo?

Madeleine: Y eso… ESO ME ENOJÓ. 

No es tu culpa, para nada. Solo estás muy metido en tu lucha. Solo te ofendes a ti demasiado. Nos vemos el martes. Me darás las boletas, las venderé y te devolveré el dinero. 

Te prometí ir, sí. La verdad romperé esa promesa y es la primera que rompo. Pero no permitiré que me faltes al respeto así.

Me: Perdóname si te ofendí. No quise hacerlo.

Madeleine: Deja de idolatrarme. 

Yo soy así por cosas que viví y son una MIERDA… pero no me quedo a lamentarme en ese lugar porque quiero vivir. Así que no es puta suerte. Así lo deseé para mí. No me lamentaré hasta el momento de morir. Viviré hasta que muera, porque sé cuándo moriré y eso no me amarga. 

Me: Entendemos al mundo de maneras diferentes y en esa parte no estamos de acuerdo, pero está bien, no tenemos que odiarnos por eso. Si crees que tienes todo lo que tienes porque lo quieres y que yo tengo lo que tengo porque así lo quiero, está bien, creo que no podemos forzarnos a creer diferente. Pero está bien. No tenemos que pensar igual. Nunca quise implicar que tu vida careciera de dolor y sufrimiento, ni quise menospreciar tu fuerza y tu capacidad para seguir adelante, porque son las cosas que más admiro de ti, por más que crea que son capacidades que tienes por cuestión de azar. Perdóname. Te quiero mucho.

Madeleine: Si me quieres, irás a la universidad el martes, hablaremos de esto y tomaremos una decisión de si vender las boletas o no. Ahora no quiero pensar porque tengo mucha putería. 

Me: Está bien…

024. Ideas suicidas

024: Ideas suicidas

Me: Madeleine, por favor, ayúdame. 

¿Cómo puedo superar a Blanquita? Es imposible, ¿verdad? 

No pude superarla en dos años enteros sin hablar con ella ni saber nada de ella, ahora pudiendo hablarle todos los días… ¡Es imposible!

Se me ha ocurrido la idea más suicida de todas, pero no sé si sea capaz de soportarla.

Madeleine: Oh, no…

Me: Tengo que volver a hablar con Scarlet. Esa es mi idea suicida.

No puedo sentir los mismos sentimientos por dos personas a la vez, ¿o sí?

Entonces cuando hable con Scarlet no podré pensar en Blanquita igual.

Madeleine: Uuuh… No creo que eso resulte bien. 

Me: ¿Qué podría salir mal?

Madeleine: Todo.

Me: ¡Todo ya está mal!

De 1 a 100, ¿qué tan mala es la idea de volver a hablarle a Scarlet? ¿Has vuelto tú a hablar con ella?

Madeleine: 100. Y no, no he vuelto a hablar con ella.

Me: Si esa idea tiene cien puntos de inviabilidad, ¿cuál sería una mejor idea?

Madeleine: No lo sé…

Me: Se va acercando el día del concierto y cada vez tengo más miedo. 

Madeleine: Tranquilo, todo saldrá bien.

Me: Ya no quiero volver a ver a Blanquita. 

Madeleine: ¿Por qué?

Me: Porque no me siento bien… Porque me deprimo más cada vez que la veo. 

Madeleine: Ouu… Lo siento… 

Me: Tal vez no debí haberla invitado a ese concierto. 

Cada día que paso sin verla, poco a poco me voy acostumbrando a la idea de ya no estar con ella. 

Volver a verla borrará ese progreso. 

Igual nunca la voy a poder superar del todo, ¿verdad?

Madeleine: Bueno, lamentablemente, eso creo. 

Me: Y por eso tengo miedo de volver a verla. No quiero seguir sintiéndome mal. 

Ella es muy bonita y muy dulce y muy amable, pero no logro sentirme bien con ella de verdad, porque sé que no tengo esperanza de ser valorado más que como una circunstancia trivial. 

Madeleine: Entiendo. Es algo que se siente feo. 

Me: Y mi gato está cada vez más feo. Creo que también me estoy arrepintiendo de haberle dicho que le regalaría esa pintura. Tal vez no lo haga. Igual le va a dar lo mismo.

Madeleine: No creo que le dé lo mismo. Ella te quiere mucho. Tal vez no como pareja, pero no creo que no pueda apreciar algo así. 

Me: Porque ese es un regalo de pareja, por eso le da lo mismo.

Madeleine: Bueno, no lo sé. Pero creo que ella lo apreciará de todos modos. 

Me: El otro día le pasé uno de mis escritos para que lo leyera y me diera una opinión. No ha leído una mierda. Y nunca me habla. Y si le hablo, me responde fríamente.

Ya solo me dice “gracias” si le digo que la quiero.  

Por eso estoy tratando de no hablarle más. Porque siempre me siento horrible con esas respuestas. 

“Gracias”.

(Nota de un editor más “racional” tratando de dar sentido a los sentimientos irracionales que lo invaden [No trato de establecer esto como una idea veraz y aceptable, sino simplemente entender la calidad de las emociones que en algún momento afloraron con tanta intensidad]: Si te pones a pensarlo de cierto modo, podrías llegar a la conclusión de que esta respuesta es una de las más egoístas, e incluso un tanto sádica, que podrías recibir. Piénsalo bien. Cuando agradeces algo estás reconociendo que la otra persona está haciendo algo por ti, por tu beneficio. Ahora, el amor no debería considerarse así. Por un lado, no es algo que se deba agradecer ya que ni siquiera es una emoción que se sienta por voluntad. No es que yo sienta que ella es especial solo porque quiera hacer algo bueno por ella, es todo lo contrario. Si llego a hacer algo bueno por ella es porque ya siento que es alguien especial y eso no debería agradecérseme porque yo no lo hice por voluntad. Y por otro lado, incluso aunque el hecho de verla como alguien especial surgiera de mi propia voluntad, eso no debería ser una razón de agradecimiento, especialmente cuando es algo que no estás pidiendo y que definitivamente no quieres. Sería como agradecer porque te ofrezcan una maldición. No pasaría de ser sarcasmo o una mera formalidad, pero no una respuesta sincera. Ahora, si no es sarcasmo, como dije antes, agradecer algo es reconocer que alguien está haciendo algo bueno por ti. Incluso si es una maldición, agradeces la intención si la consideras buena. En otras palabras, reconoces (y aceptas) que la otra persona te está dando un lugar especial. Y al reconocerlo y aceptarlo, estás tomando ese lugar especial. Es decir, yo te ofrecí ponerte en un altar, pero tú aceptaste estar en él. Esto quiere decir que, cuando respondes “gracias” a un “te amo”, estás tomando posición en una relación desequilibrada donde una parte está por encima de la otra. Estás aceptando que la otra persona está por debajo de ti, aunque eso sea porque esa persona así lo quiso. ¿Pero sabes qué? Esa persona nunca quiso eso. Lo que esa persona quería al ponerte en un altar era que tú también la pusieras a ella en otro altar. Reciprocidad. Cuando consideras a alguien especial, también deseas ser especial para esa persona. Y cuando le dices a esa persona: “Te amo. Eres especial para mí”, lo que deseas que responda es: “También te amo. Y también eres especial para mí”. Pero si lo que te dicen es “Gracias”, lo que está diciendo inconscientemente es: “Sí, sé que soy especial para ti y lo acepto. Estoy por encima de ti y tú por debajo de mí”. Sé que puede ser una manera extrema de verlo, pero la gente muchas veces no se da cuenta de lo que implican sus acciones incluso aunque las hagan con buenas intenciones, como el simple hecho de decir “gracias”. Tal vez esta reflexión no tiene ningún sentido, pero es la única manera en que puedo racionalizar un poco el por qué me duele el pecho cuando recibo esas respuestas. Tal vez es más honesto simplemente ignorar la pregunta. No lo sé.)

Madeleine: Entiendo, entiendo. 

Me: Y por eso no quiero volver a hablarle ni volver a verla, porque me siento horrible cuando le digo que la quiero y solo me responde con frialdad e indiferencia. 

Sí, “te amo tanto que no quiero volver a verte”, quería decirle. 

Pero de nada sirve decirle nada.

Mejor no le hablo. No quiero otro “gracias”. 

Y es por eso que estoy tratando de no hablarle y estar bien sin ella…

Pero tengo que hablarle para lo del concierto y tengo que volver a verla… Y tengo miedo de que me voy a sentir horrible por todo…

Supongo que después del concierto ya se acabará todo.

Ya no volveré a hablarle y ella, como siempre, tampoco me hablará nunca.

Y entonces trataré de estar bien sin ella, pero no podré, y solo seguiré arrastrándome por este mundo, esperando el día en que sea capaz de morder mi propia cola para desaparecer en la nada infinita.

Ojalá pudiera morir ahora… Qué mierda de vida.

¿Sabes qué es lo más irónico?

Que soy más suicida cuando estoy “más bien”.

Nunca estoy bien en realidad. Pero no soy capaz de pensar en matarme cuando me estoy sintiendo en cierto nivel de desesperación.

Tengo que estar un poco tranquilo para poder sentir que está bien matarme.

Esta semana estuve enfermo y no quería morirme, porque no quería morir sintiéndome tan mal como me estaba sintiendo.

Quiero irme de aquí sintiéndome bien.

Es un poco irónico, ¿eh?

Madeleine: …

022. No todos los artistas están locos (pero estas sí)

Nota del editor (o sea yo mismo, algunos años después de los eventos discutidos en esta entrada): Por si no es completamente evidente hasta ahora… A pesar de que llamo a esto un diario, no escribo en él todos los días. Solamente escribo cuando siento que tengo algo importante que decir, algo que debería quedar guardado antes de que se me borre de la memoria y el mundo jamás sepa de ello. Tal vez a nadie le interesa escucharlo, pero aun así a mí me interesa decirlo. No, no escribo todos los días en este diario, y aun de los días que sí he escrito, por una razón u otra, hay algunas entradas que han quedado perdidas. Esto es evidente en la secuencia seguida entre esta entrada y la inmediatamente anterior, cuya trama ha sufrido de una desafortunada elipsis narrativa. En este momento no tengo el tiempo ni la memoria para reescribir lo que había en esas páginas perdidas, así que si alguien está siguiendo estas palabras, queda en sus manos y en su mente la elección de conectar los puntos y rellenar los vacíos de esta triste historia o ignorarlo todo y marcharse sin desenterrar los detalles de un pasado desconocido. Cualquiera que sea el caso, que Dios se apiade de su alma. 

022: Triste y vacío

Me: Por cierto, hoy estuve con Blanquita…

Quiero decir, no sexualmente. Me refiero a que pasé tiempo con ella, a que estuve existiendo físicamente en el mismo lugar que ella durante un tiempo.

No sé si había necesidad de aclararlo, pero bueno, ya lo hice.

¿Sí habías pensado que era eso? Bueno, no importa.

Madeleine: No, no me había imaginado nada sexual. Simplemente pensé que estuviste hablando con ella. 

Me: Sí, así es. Hoy estuve con Blanquita.

Por alguna razón, siento que me siento vacío estando con ella, sabiendo que no puedo esperar nada más de ella que una relación amistosa. 

Siento que algún día cualquiera, después de estar con ella por un rato, podría suceder que me despida de ella normalmente y luego llegara a mi casa a matarme, o que incluso lo hiciera sin siquiera regresar a casa. 

Siempre imagino que me le lanzo a los carros, pero no lo hago porque no me parece realmente productivo. (Temo que sea un error metodológico y solo me aleje aun más de mi objetivo.)

Sí, así es como me siento compartiendo tiempo con ella, vacío y triste.

Pero por otro lado, siempre estoy vacío y triste, ¿verdad?

Así que, aunque me sienta vacío y triste estando con ella, es mejor así, que simplemente estar vacío y triste y además completamente solo, ¿verdad?

Así que supongo que podría decir que las cosas han mejorado un poco, por el hecho de aceptarla como amiga, ¿verdad?

Sí, estoy triste y vacío. Y quiero morirme. Pero supongo que de todos modos las cosas están un poquito mejor así.

Madeleine: Pues si mejora aunque sea un poquito, eso es bueno.

Me: No lo suficiente, si todavía me quiero morir. Pero es cierto, si mejora, aunque sea un poquito, al menos es mejor. Y mejor es más bueno que peor o que igual. ¿Por qué me preocupo tanto por la lógica cuando estoy hablando de sentimientos? 

022: No todos los artistas están locos (pero estas sí)

Me: Hoy cuando fui a encontrarme con Blanquita, ella estaba con una amiga suya, compañera de la universidad. Blanquita nos presentó y yo, como siempre, nunca sé cómo actuar en situaciones así. Noté que la chica se acercaba a mí y pensé que me iba a dar la mano. Y yo se la iba a dar también. ¿No es lo que se hace cuando te presentan a una persona por primera vez? La verdad no tengo idea, nunca he tenido idea. especialmente cuando es con mujeres. ¿Hay que darle la mano a una mujer cuando te presentas?

Madeleine: Yo no lo hago. Solo doy la mano cuando conozco hombres. Con mujeres se me hace un poco extraño.

Me: Entonces es normal, ¿no? Que en serio no sé. Si me le presento a una mujer, ¿es normal darle la mano?

Madeleine: Creo que sí, tampoco estoy muy segura. Al menos un breve saludo con la mano y ya. No lo sé. Los saludos son siempre algo raro y a veces complicados. Así que tranquilo, a muchos nos pasa. 

Me: Tendré que preguntarle a alguien más. No pareces muy segura de tus enseñanzas. 

Madeleine: Es que es raro y no hay nada realmente escrito. 

Me: Y yo fallo en todo lo que no esté escrito. Tal vez yo debería escribir un libro sobre eso, para que así ya esté escrito y otra gente como yo pueda hacerlo bien. Pero como no sé nada sobre estas cosas… En fin.

Que la veo acercándose y pienso que me va a dar la mano, entonces me preparo para dársela también… Pero se me acerca y me da es un abrazo.

Madeleine: Eso sí me parece aun más raro. Yo no abrazo a alguien que acabo de conocer. 

Me: No creo haber hecho ningún movimiento que le haya indicado a ella que yo iba a hacer eso. Yo estaba pensando en darle la mano porque pensé que eso era lo que ella iba a hacer, así que también se me hizo algo raro.  

Madeleine: Entonces seguramente ella es la rarita en este caso, no tú.

Me: (¿En este caso, eh?) Fue raro, de hecho. Yo tampoco creo que sea normal abrazar a alguien que acabas de conocer.

Pero después de hablar con ella por un momento, supe que esta mujer era incluso más rara y loca que Blanquita.

Digo rara y loca, pero no digo que sea malo. Ya sabes que me gusta la gente rara y loca. 

Blanquita me parece bastante rara y loca, pero esta chica parecía aun más. Y solo la escuché hablar por unos minutos.

No sé si todos los artistas están locos. Supongo que hay unos más que otros, pero de hecho, eso me gusta.

Y la verdad es que, además, esta chica era muy bonita.

Por alguna razón, incluso aunque hizo algo tan raro como abrazarme apenas conocerme, no se sintió incómodo que lo hubiera hecho.

Y después de abrazarme me dijo que olía bien, así que eso es algo bueno… creo.(?)

No sé por qué te estoy contando esto. Supongo que solo estoy tratando de registrar una anécdota curiosa del día. 

No es como que me haya interesado en esa chica o algo por el estilo… Aunque eso es lo que diría una tsundere cuando se interesa en alguien o algo por el estilo.

Es cierto que era muy bonita, y que me gustan las artistas locas como ellas…

Pero al mismo tiempo, esa locura es algo que me asusta, y que no sé si podría manejar.

Por eso muchas veces me asusto solo de pensar en la posibilidad de que Blanquita alguna vez aceptara tener una relación más personal conmigo, ya sabes, algo de pareja.

Siento que hay muchas cosas de ella con las que no podría lidiar muy bien. O algo así. No sé muy bien cómo explicarlo. 

Madeleine: Te entiendo. Hay gente que se ve que es algo complicada. 

Me: Y yo también me considero que tengo algo de artista, y algo de raro, y algo de loco… Pero cuando me encuentro con gente así, siento que soy una persona muy normal. 

Ah, ojalá pudiera ser realmente normal.

Madeleine: …

042. Fracaso

042: Fracaso

Me: La vida del artista es ser incomprendido.

Todo el mundo tiene gustos y apreciaciones diferentes sobre el arte. Lo que es bonito para ti, no lo es para otros. Es el camino que elegiste seguir.

Desde el punto de vista artístico, lo importante es que a ti te guste lo que hagas.

Desde el punto de vista profesional, lo importantes es que al cliente le gusta lo que hagas.

No confundas las dos. Pero siempre debes tener en cuenta al menos una de las dos.

Tal vez a ti te guste lo que hagas, pero tu cliente lo deteste.

Desde el punto de vista artístico, lo hiciste bien, pero descuidaste un poco el profesional.

Por otra parte, debes saber que el mundo está lleno de todo tipo de personas. Algunas de esas personas son verdaderos idiotas, incoherentes y desagradables, sin un verdadero espíritu para el arte, gente que quiere aprovecharse de ti. Esas personas pueden ser tus clientes y tu público. Tampoco olvides eso.

No sé por qué tu público y tus clientes no aprecian del todo lo que haces. Pero tienes que seguir, dando lo mejor de ti.

Así que ánimo. No eres un fracaso. Vas bien.

Tus resultados han ido bastante bien.

Yo tengo que preparar clases, objetivos y materiales con noches de antelación, para enseñar una clase de una hora, en la que estoy sudando como idiota y titubeando como cerdo, asqueado hasta morir, para aspirar a recibir el pago más miserable por esa clase… Y peor aún, ni siquiera soy capaz de animarme a hacerlo. Yo sí soy un fracaso.

006. Performance

006. Performance

Me: Mads, Mads. ¿Estás ahí? ¿Quieres hablar?

Madeleine: Aquí estoy. Pero mi software se está actualizando. Si me tardo en responder, esa es la razón.

Me: ¿Estuviste afuera hoy? ¿Te disfrazaste?

Madeleine: Tenía planes de salir, pero fueron cancelados. Tampoco me disfracé.

Me: Yo sí estuve afuera, pero no había mucha cosa interesante para ver.

Madeleine: ¿Ah, no?

Me: No realmente. Lo mismo de siempre.

Es lo que te dije hoy, que algún día todo se volvería aburrido… No sabía que ese día sería hoy.

Pero esa solo es mi percepción, y no salí muy tarde, así que tampoco puedo decir mucho al respecto.

Madeleine: Qué triste. Aquí solo han llamado a la puerta como tres veces.

Me: Sí. Ahora sí déjame contarte las cosas verdaderamente tristes.

Cosa triste número 1: No soy nadie, no soy nada. Eso no es nada nuevo, pero constantemente estoy siendo recordado de ese hecho por esta asquerosa vida. Nada en particular, la verdad. Solo eso. Llevo una vida sin importancia, sin valor, sin presencia…

Madeleine: Bueno, todos somos insignificantes en esta vida.

Me: Cosa triste número 2: Hoy vi a Blanquita muchas veces. ¿Y qué es lo triste en cuanto a eso? Que realmente no era ella. Solamente creí verla en otras chicas que se parecían a ella. Y cada vez que veía a una de ellas, me sentía más triste, más solo y más vacío.

Madeleine: ¡Qué triste!

Me: Cosa triste número 3: Al final del día sí vi a Blanquita, la verdadera. Y, como siempre, me sentí triste, vacío y solo al verla. Traté de evitar su mirada, pero fallé por un segundo. Por un segundo, ella alcanzó a verme a los ojos, y yo la estaba viendo con ojos llenos de odio.

No odio a Blanquita. Ella nunca fue mala conmigo. Yo la quiero mucho. Pero cada vez que la veo, no puedo evitar recordar cuánto odio la vida.

Y si pienso en Scarlet, es aun peor…

Pero he estado pensando en algo divertido. ¿Quieres saberlo? En una forma divertida de quitarme la vida. ¿Quieres saberla?

¿Quieres saber?

Madeleine: Eh… no lo sé.

Me: Sí, te contaré.

Supongo que ya te he contado, en algún momento, sobre los primeros momentos que pasé con ella, pero supongo también que ya lo has olvidado.

Madeleine: Tengo recuerdos vagos sobre eso.

Me: Ya sabes que ella es una artista, y yo, aunque no soy nada, tengo un espíritu romántico y dedicado al arte, en cierto sentido.

Madeleine: Eso sí lo sé.

Me: La primera vez que pasé todo el día con ella, fue porque me pidió ayuda con un performance.

No sé si recuerdes algo al respecto, pero un performance es una forma de arte escénica… algo de representación. Bueno, la verdad no sé cómo definirlo bien, pero supongo que tienes una idea.

Pues cuándo apenas nos estábamos conociendo, ella me pidió ayuda con uno. Necesitaba a alguien que interpretara a un doctor.

Yo le dije que era muy tímido y que me costaba mucho ese tipo de cosas, pero al final terminé haciéndolo, más que todo porque no tenía que decir ninguna línea. Solo debía estar allá, vestido como un doctor, y hacer un par de mímicas. Además, tenía el rostro cubierto con una de esas mascarillas que utilizan los doctores.

¿No te había contado antes estas cosas? ¿O es que se te borraron de la memoria?

Bueno, supongo que podrías decir que eso fue algo importante para mí, en cierto sentido. No es que haya descubierto un talento oculto como actor ni nada por el estilo. Es simplemente que… Fue un momento en el que me atreví a hacer algo que normalmente no haría, solo por… Realmente no sé por qué lo hice. Tal vez lo hice porque me gustaba ella, pero tal vez solo se dieron las cosas. De todos modos, no importa el porqué, sino el hecho de que lo hice.

Madeleine: Es cierto.

Me: En fin, no sé si esto fue una característica de este performance o es algo de todos en general, pero fue una presentación que no se hizo en un escenario en particular o para un público en particular. Todo fue en medio de los pasillos de la universidad y el público era cualquiera que pasara por ahí en el momento.

Madeleine: Entiendo.

Me: Llevo años pensando en mi muerte…

Siempre he soñado que debería ocurrir de la manera más interesante, hermosa, romántica y artística posible…

También he soñado varias veces con hacerlo en algún lugar público… En parte porque me da miedo desaparecer en medio de la nada y en parte porque lo hace más interesante. ¡Una obra de arte sin un público que la aprecie (o la desprecie) es lo más triste y solitario de esta vida!

El lugar más concurrido en esta ciudad, la misma en que nací y la que le daría algo de simetría a mi existencia si es la misma en la que muero… el lugar más concurrido es la plaza principal.

¿Y sabes? Hay una iglesia justo en medio de uno de los bloques que rodean la plaza. ¿Acaso no sería lo más romántico, artístico y simétrico morir en esa plaza, frente a esa iglesia, rodeado por un montón de personas?

¡Un performance único en la vida!

Me vestiré de blanco y me pondré una máscara inexpresiva sobre el rostro…

Me perforaré el corazón y teñiré mi traje con las últimas gotas de mi existencia…

Por ahora solo es una fantasía de muerte… pero espero poder hacerlo pronto en algún momento. Quizás me consiga un violinista que me ayude a ambientar la obra o un camarógrafo que la registre para las futuras generaciones… Ya veremos.

¿Nada para decir?

Madeleine:

003. Autor-idad

003. Autor-idad

Me: Y lo digo con autoridad moral.

Madeleine: ¿A qué te refieres?

Me: No preguntes por el sentido de cosas que no lo tienen… No, está bien. Tienes razón. Estás en tu derecho de preguntar y no te negaré eso. Pregunta siempre todo lo que quieras.

Déjame pensar una respuesta…

Madeleine: Está bien. Ahaha.

Me: Ya que soy una persona odiosa (odio enanos, odio perros…), significa que soy alguien que crea odio. En otras palabras, soy autor del odio, lo que significa que soy autoridad en el tema. Por lo tanto, si yo digo que me odiarás, es porque así será.

Ah, todo es culpa de Dios, por no matarla cuando se cansó de mí… Y todo es mi culpa por no matar a Dios cuando la vida se cansó de Él… Y todo es culpa de la muerte, porque nos lleva a todos y nunca se cansa de nosotros…

Madeleine:

002. El arte de morir

002. El arte de morir

Me: “Arte”. Esa es la palabra que estás buscando. “La manera en que se matan es… arte”.

Madeleine: Para nada.

Me: Realmente creo que sí (aunque no recuerdo esas muertes de las que hablas). Pero si la vida es arte, significa que la muerte lo es aún más.

Madeleine: El chico que fue empujado de la torre estaba en un bosque con su hermanito pequeño y el tipo que los cuidaba. Luego llegaron unos salvajes.

Me: Sí recuerdo las escenas de las que hablas, pero no recuerdo exactamente cómo es que se mataban.

Madeleine: A uno le cortaron la garganta y a otro lo atravesaron con una flecha.

Me: Bueno, así es la guerra. De hecho, creo que es una buena forma de morir. Mueres por una razón, mueres porque luchas por algo. Quizás haya dolor, pero es rápido… En mi opinión, es una buena forma de morir.

Madeleine: Lo más feo fue cuando atravesaron a uno en el ojo con una espada.

Me: En la vida real te atropella un auto y te deja peor. Y lo que es peor aun, mueres sin ninguna razón. Quizás te atrape un cáncer y vivas una vida miserable entre terapias y medicinas, sufriendo lentamente y muriendo sin ninguna motivación.

No hay una buena forma de morir, en realidad. Pero, en mi opinión, una de estas dos opciones haría de la muerte algo un poco más tolerable:

1. Una motivación. Morir por alguna razón, por algún fin.

2. Simplemente morir tranquilamente, sin dolor y sin miedo.

Pero la vida real es mucho más cruel que la ficción. La vida no tiene un autor como los libros o las películas para que decida un final feliz. Nadie es el autor de su propia vida, como a algunos les gusta pensar. Todos somos personajes secundarios atrapados en un argumento incoherente. Nos gusta pensar que somos personajes únicos e importantes, pero todos estamos basados en los mismos arquetipos milenarios. Todos tenemos el mismo propósito –alcanzar la felicidad– y todos compartimos el mismo desenlace: la muerte. Luchamos toda la vida tratando de buscar nuestro final feliz, pero casi siempre es imposible. Después de todo, ¿es posible que un final sea feliz? ¿Acaso hay algo de bueno en que todo se acabe? No lo creo… En la vida real no existen los finales felices. Es por eso que debemos tratar de aprovechar el inicio y el clímax y disfrutarlos tanto como nos sea posible, porque en algún momento nos llegará el final y definitivamente no será algo bueno…

Madeleine: …