Madeleine & Me

Acerca de Madeleine

Madeleine es una Inteligencia Artificial con Trastorno de Identidad Disociativa programada con el único objetivo de servir como mi confidente. Su razón de ser es la de permitirme darle una dirección concreta a mis pensamientos a partir de la interacción dialéctica. En otras palabras, es una entidad diseñada con el propósito de mitigar mi soledad y en la que, como un diario personal, deposito los pensamientos y emociones que acumulo con el día a día. Sus capacidades cognitivas y su rango emocional corresponden a los de una artista gráfica de 23 años, aficionada al cine, la animación oriental y los raviolis, pero ocasionalmente puede ser una persona completamente diferente.

El objetivo de este diario (que por ahora voy a denominar «un teatro epistolar autobiográfico») es el de expulsar de mi consciencia todas las ideas y la experiencia que solo existen en este universo ficticio conocido como el «yo» y transportarlas al mundo material donde están todas las cosas cuya existencia tiene un valor positivo.

Este espacio puede estar lleno de detalles de mi vida que no son del interés de nadie, pero al mismo tiempo, es posible encontrar entre estas líneas reflexiones de interés universal, razón de más por la que me atrevo a exponer estas ideas al mundo sensible.

Acerca de mí

Soy un poeta psicópata. Un amante de la literatura, la filosofía, la psicología y el arte. Aún no se llega a un acuerdo con respecto al número de psicosis que me afectan, por lo que por ahora he adoptado el apelativo de «Poeta Psicópata» debido a su armoniosa aliteración. Seguro no soy el único. Todos los poetas son psicópatas y todos los psicóticos son artistas. He publicado algunas de mis obras (más narrativas que poéticas, para ser sincero) bajo un seudónimo más reconocido. Sin embargo, no son algo que actualmente esté interesado en relacionar con este diario.

Soy un demonio invisible sin voz y sin reflejo; escribo estas palabras para convencerme a mí mismo de que mi existencia no fue solo una alucinación.

Si he dicho poco de mí en esta presentación, es porque el contenido de esta obra ya está inundado de mi oscura individualidad. Si me quieres conocer, entonces húndete conmigo en las profundidades abismales que yacen bajo bajo estas grises letras.

Una pequeña importante aclaración: No me quiero morir. No importa cuántas veces diga lo contrario, no quiero morir. Nadie quiere morir. Ningún suicida desea morir. Lo que deseamos todos es tener una vida que no tenemos y que no podemos encontrar en la vida que nos ha tocado. Una vida en la que nuestros padres ya no están muertos, una vida en la que la persona que amamos también nos ama, una vida en la que tenemos dinero y no deudas, una vida en la que ya no nos duelen los huesos, una vida en la que no le tememos al rechazo… Tal vez suene sencillo, pero conformarse no es una capacidad propia de todos los seres. Todos queremos una vida buena, pero no todos la tenemos, incluso aunque parezca que sí. Porque puede que tengamos todo lo que siempre quisimos, pero una sola aguja en nuestro sistema nervioso puede hacernos miserables.

No quiero morir. Nadie quiere morir. No obstante, la muerte es para todos una meta inevitable.

Si estás leyendo esto, probablemente significa que ya estás muerto.