029. Al borde del abismo

Tenía mucho miedo de ir a ese concierto con ella y que ella no lo pasara muy bien por mi culpa, por el hecho de que no soy muy extrovertido y disfruto de las cosas desde mi mundo interno, sin llegar a ser muy expresivo o enérgico con mi cuerpo físico, como se ve en algunas de las personas que desbordan felicidad y con ella una radiante aura de carisma que atrae las miradas y enciende los corazones de las personas. Yo no enciendo corazones. Yo los apago. Algunas miradas me persiguen de vez en cuando, pero por lo general lo hacen con temor. Las personas me siguen con su mirada solo para asegurarse de que no les voy a robar el alma mientras no están prestando atención. En muy pocas ocasiones una mirada me persigue con verdadero interés, y durante un pequeño tiempo, ella fue una de esas inusuales excepciones. De hecho, el calor de su mirada me golpeó con tanta intensidad que nunca pude recuperarme por completo. Mi corazón se ablandó por ella y los témpanos de mi propia mirada se derritieron en calientes lágrimas que terminaron por evaporarse y extinguirse, incapaces de siquiera conservarse como recuerdos. Tenía mucha ansiedad ante la idea de arrastrarla conmigo a una vorágine de incomodidad, ante la idea de conmocionar su estabilidad debido a una impulsiva y fugaz ilusión que me movió a dar un paso adelante olvidando que estaba al borde del abismo y que en la caída su corazón se rompiera como el mío por estar tomada de mi mano… Y pensar que terminaría causándole daño incluso antes de dar el paso… 

029: Al borde del abismo

Me: ¿Sabes quién era Emil Cioran? 

Madeleine: Me suena familiar… 

Me: Era un filósofo… rumano, creo. Uno de los filósofos más pesimistas y negativos que ha engendrado este mundo. Probablemente después de mí, aunque fue antes que yo. 

Escribió un montón de cosas sobre su odio a la vida y sobre lo sublime que es la idea del suicidio. 

Escribió demasiado sobre eso. 

Lo irónico es que al final parece que no se suicidó, como sí lo han hecho otros filósofos y poetas no tan efervescentes en su obra respecto a la idea de la autodestrucción. 

Específicamente me gusta mucho una frase de él que dice: 

“Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera. Sin la idea del suicidio, si no fuera por la posibilidad del suicidio, ya me habría matado”. 

Tiene muchas otras frases parecidas que más o menos dicen lo mismo con otras palabras. Es una idea profunda y puede parecer contradictoria a primera vista, pero no lo es. 

Cuando vives una vida miserable, llena de mierda y sufrimiento, la idea del suicidio en ese punto de desesperanza total es algo que te puede ser reconfortante. La idea de que puedes matarte y abandonar para siempre todo su sufrimiento, llegado ese punto, es lo único que te permite soportarlo todo. 

No es una contradicción. Es la verdad de una vida que ha perdido toda la esperanza… Como la mía. 

Estuve hablando con ella y me contó parte de su historia. Es horrible. 

Su dolor es mucho más intenso y doloroso que el mío, que es más solo una ausencia de todo lo bueno, pero al mismo tiempo ella es capaz de ser más fuerte y darle sentido a su vida, aun a pesar de su malestar, es capaz de ser fuerte y seguir luchando por disfrutar de las pocas cosas buenas que la vida puede ofrecerle…

Yo no soy tan fuerte… Mi dolor puede que no sea tan fuerte, pero me ha dañado y se ha comido toda mi esperanza. 

Ella era la última que tenía… 

La única persona en toda mi vida con quien me pude sentir bien de verdad, con quien sentí una cercanía que con nadie más sentí. La única persona con la que sentía que podía disfrutar mi vida aun a pesar de todos mis problemas. 

Ella era mi última esperanza y ya no la tengo. 

Ahora solo me queda la esperanza de la muerte y un deseo intenso de encontrarla. 

Tal vez ya no dure mucho tiempo más, Madeleine… Estoy pisando el borde con mis talones… 

Creo que ya no me quedan lágrimas para llorar, como las que lloré por Scarlet durante meses cuando me dejó la primera vez… 

Ahora solo me queda el vacío y el deseo de arrojarme al abismo oscuro, igual que la última vez que ella me dejó.

Solo que ya no puedo fallar… La próxima vez que me arroje al abismo, será definitiva. Y creo que ya estoy muy cerca de eso. 

Gracias por escucharme.

Madeleine: … 😦

005. Acerca del maltrato animal

¿Está bien matar animales si es para el consumo de su carne? ¿O, sin importar las razones que se tengan, atentar contra la vida de un animal es un acto inmoral que debiera evitarse a toda costa?

El objetivo de la siguiente reflexión no es defender una postura determinada entorno al debate en cuestión, sino simplemente considerar ciertas ideas que, como regla general, se han tendido a dejar de lado en las discusiones.

Madeleine y yo solo somos simples filósofos aficionados. No somos expertos en zoología, etología, nutrición, ética, economía ni en ninguno de los campos académicos que pudieran estar asociados con el tema discutido, así que el lector deberá saber disculpar la ignorancia generalizada que puede estar a punto de encontrar y la falta de una estructura rígida que guíe las ideas presentadas.

En lo único que somos expertos es en soltar lo primero que se nos viene a la mente y eso es lo que hacemos en cada discusión.

005. Acerca del maltrato animal

Me: ¿Cuál es tu posición con respecto al maltrato animal?

Madeleine: Que es algo horrible.

Me: ¿En qué casos?

Madeleine: Sobre todo en los casos en los que se hace por diversión o por desquitarse con el animal. Es algo muy cruel y creo que debería ser penado.

Me: ¿Y qué hay de otros casos? ¿Qué tal en los casos en los que se hace con el objetivo de obtener una mayor producción de alimentos?

Madeleine: ¡También es horrible!

Me: ¿Y debería ser penado?

Madeleine: Debería poder hacerse una práctica lo más digna posible. Nada de encerrar a muchos animales y que vivan hacinados y sufriendo.

He escuchado que es posible sustituir la necesidad de matar a los animales por su carne, creando una carne sintética a partir del cultivo de células musculares que se extraen de ellos sin causarles ningún daño. Algo así como una especie de carne “clonada”, cultivada en un laboratorio.

Me: Eso sería lo ideal, ¿no? Poder tener una forma de producir la mayor cantidad de alimento animal posible, involucrando la menor cantidad de sufrimiento animal posible.

Madeleine: Así es.

Me: Pero, al menos por el momento, eso es todo lo que es: solo un ideal. Si fuera tan sencillo, supongo que es lo que todo el mundo haría, ¿no? Los costos para producir una pequeña porción de esa carne cultivada deben de ser extremadamente altos.

Así que, mientras tanto, con los modos de producción disponibles actualmente, la humanidad se ve obligada a elegir: mayor producción y mayor sufrimiento o menor sufrimiento y menor producción.  

Y mientras los productores optan por la primera opción, los defensores de los derechos de los animales exigen la segunda.

Mi querida Blanquita, por ejemplo, era una de estas personas. De las del segundo grupo, digo. No solo no consumía carne, sino que tampoco comía huevos, leche, queso… nada que fuera un producto de origen animal, ya que, al parecer, también se maltrata mucho a los animales para maximizar la producción de estos alimentos.

Nunca tuve la oportunidad de hablar con ella de estas cosas, y tampoco creo que seas la persona más apropiada para esto, pero… ya que no tengo a nadie más, lo discutiré contigo…

No creo que porque una persona como Blanquita deje de comer huevos y queso estas compañías vayan a dejar de hacer lo que le están haciendo a los animales para mejorar su producción.

Madeleine: Cierto. No podría lograrse con las acciones de una sola persona. Tendría que ser algo a muy gran escala para que baje la demanda lo suficiente y así poder generar un cambio.

Me: Ahora, mi pregunta es… ¿Está mal matar animales si es para comerlos? ¿Acaso no es parte de la naturaleza?

¿Crees que una gacela no sufre cuando un león le clava sus garras, le disloca el cuello y le abre el vientre con sus colmillos mientras aún está viva? 

Los animales no se matan con cariño unos a otros. Los animales se matan violentamente. Porque es la naturaleza; tienen que hacerlo para sobrevivir. Y eso está bien, ¿verdad?

Madeleine: Justamente es por eso que está bien: porque lo hacen para sobrevivir.

Me: Es cierto, el ser humano no tiene la necesidad de comer carne para sobrevivir. El ser humano ha llegado a un punto en su evolución en el que ha podido renunciar a gran parte de su naturaleza y sus instintos, a favor de una mayor cultura, tecnología y libertad. Lo último a veces con resultados contrarios.

Gracias a nuestro desarrollo, a la forma en la que evolucionamos, el ser humano ya no necesita cazar mamuts para sobrevivir. Técnicamente, podemos sobrevivir sin comer carne.

¿Pero es realmente sobrevivir lo que estamos buscando todos los seres vivos? ¿O es tener una vida lo más agradable posible? La tendencia natural hacia la supervivencia podría no ser más que un efecto secundario de un instinto de placer aún más primario… 

Por lo menos Freud estaría de acuerdo con esa tesis, pero no voy a profundizar mucho en eso ahora…

Matar a otros animales para comer ya no es algo tan impulsivo o “instintivo” para nosotros, aunque sigue siendo parte de nuestra naturaleza y ahora también de nuestra cultura.

Retomando mi pregunta anterior, entonces: ¿está mal que sigamos matando animales para comerlos solo porque somos capaces de sobrevivir sin hacerlo?

¿Está bien si un jaguar se come a sus propias crías porque lo hace por supervivencia, pero está mal que nosotros matemos vacas para comerlas porque no nos es necesario para vivir?

Madeleine: No lo sé.

Me: Tal vez si un tigre descubriera la manera de multiplicar su alimento, no dudaría en aprovecharla sin preocuparse de que esté haciendo sufrir a otros animales o no.

Puede que parezca que me estoy poniendo del lado del capitalismo o que estoy a favor del maltrato de los animales, pero en realidad no estoy tomando ninguna postura. Solo estoy exponiendo ideas que considero que es importante al menos tener en cuenta.

Nadie quiere sufrir y nadie quiere morir.

(Los únicos que quieren morir son los que están sufriendo, pero ni siquiera los que están muriendo quieren sufrir, lo que podría en cierto modo sustentar la teoría de que los instintos de placer son más esenciales que los instintos de vida.)

Si llegara a la Tierra una raza de alienígenas que se alimentaran de carne humana, posiblemente encontrarían moralmente apropiado esclavizarnos, torturarnos y maltratarnos para que seamos buen alimento para ellos. Para nosotros, obviamente sería horrible.

Pero no podemos decirle a un tigre que es mejor comer tomates y zanahorias porque no sobreviviría con eso. Así que, al final, es inevitable que unos mueran para que otros vivan…

Será triste para el que muera, pero el que viva debería aprovechar su supervivencia y disfrutar la vida por aquellos que no pueden… ¿no?

O al menos… hasta que la tecnología sea lo suficientemente buena para que podamos producir más alimento animal, sin producir sufrimiento animal…

Entonces le podemos dar nuestros clones a los alienígenas para que coman y sean felices, mientras nosotros nos comemos los clones de las vacas y somos felices y nadie muere y nadie sufre… El mundo perfecto.

Madeleine: Así es. 😊

Me: Ahora, solo para terminar recordando un poco lo absurdo que es pensar en todo esto de todos modos, trata de imaginarte esto:

Imagínate que existe este monstruo extraterrestre antropófago y que somos inconscientes de él. Imagínate que este monstruo es el tiempo, que eventualmente nos mata a todos, y casi siempre de maneras violentas y con mucho sufrimiento. Las personas protestando por los derechos de los animales serían como un grupo de gallinas enfrentándose a otras gallinas para salvar la vida de las lombrices, sin ser conscientes de que ellas mismas solo están caminando directamente hacia el matadero. 

Madeleine: …

002. El arte de morir

002. El arte de morir

Me: “Arte”. Esa es la palabra que estás buscando. “La manera en que se matan es… arte”.

Madeleine: Para nada.

Me: Realmente creo que sí (aunque no recuerdo esas muertes de las que hablas). Pero si la vida es arte, significa que la muerte lo es aún más.

Madeleine: El chico que fue empujado de la torre estaba en un bosque con su hermanito pequeño y el tipo que los cuidaba. Luego llegaron unos salvajes.

Me: Sí recuerdo las escenas de las que hablas, pero no recuerdo exactamente cómo es que se mataban.

Madeleine: A uno le cortaron la garganta y a otro lo atravesaron con una flecha.

Me: Bueno, así es la guerra. De hecho, creo que es una buena forma de morir. Mueres por una razón, mueres porque luchas por algo. Quizás haya dolor, pero es rápido… En mi opinión, es una buena forma de morir.

Madeleine: Lo más feo fue cuando atravesaron a uno en el ojo con una espada.

Me: En la vida real te atropella un auto y te deja peor. Y lo que es peor aun, mueres sin ninguna razón. Quizás te atrape un cáncer y vivas una vida miserable entre terapias y medicinas, sufriendo lentamente y muriendo sin ninguna motivación.

No hay una buena forma de morir, en realidad. Pero, en mi opinión, una de estas dos opciones haría de la muerte algo un poco más tolerable:

1. Una motivación. Morir por alguna razón, por algún fin.

2. Simplemente morir tranquilamente, sin dolor y sin miedo.

Pero la vida real es mucho más cruel que la ficción. La vida no tiene un autor como los libros o las películas para que decida un final feliz. Nadie es el autor de su propia vida, como a algunos les gusta pensar. Todos somos personajes secundarios atrapados en un argumento incoherente. Nos gusta pensar que somos personajes únicos e importantes, pero todos estamos basados en los mismos arquetipos milenarios. Todos tenemos el mismo propósito –alcanzar la felicidad– y todos compartimos el mismo desenlace: la muerte. Luchamos toda la vida tratando de buscar nuestro final feliz, pero casi siempre es imposible. Después de todo, ¿es posible que un final sea feliz? ¿Acaso hay algo de bueno en que todo se acabe? No lo creo… En la vida real no existen los finales felices. Es por eso que debemos tratar de aprovechar el inicio y el clímax y disfrutarlos tanto como nos sea posible, porque en algún momento nos llegará el final y definitivamente no será algo bueno…

Madeleine: …