043. Una sombra del futuro

043: Una sombra del futuro

Pronto veré a Blanquita siendo feliz con alguien más, ¿verdad?

En algún momento encontrará a una persona especial con la que querrá compartir su vida como yo quería compartir la mía con ella. 

Parece que la medicina incluso está logrando grandes avances en sanar su corazón y su pasado, reviviéndole la posibilidad de dar vida desde su vida.

Así que pronto podría ser capaz de formar una familia con esa persona que sea especial para ella. 

Y yo solo la veré ser feliz desde lo lejos. 

Igual que vi cómo Scarlet al fin era feliz con alguien más. Mucho más feliz de lo que yo jamás pude hacerla. 

¿Acaso no es maravilloso que las personas puedan ser tan felices? Es hermoso ver cómo pueden encontrar a ese alguien tan especial que llena sus vidas de alegría.

¿Entonces por qué me siento tan mal? 

No soy más que un ruin y abyecto envidioso, una basura sin valor que se debilita con la felicidad ajena.  

¡Alas, que sean todos felices! 

Lástima que la muerte no tenga para mí los ojos que yo tengo para ellas. 

-002. Tripulación, desarmar toboganes

-002. Tripulación, desarmar toboganes

Me: Déjame contarte un secreto…

El secreto es: las relaciones a distancia no son sanas.

No, ese no es el secreto. Eso es de conocimiento público… El verdadero secreto es este: la relación a distancia que tuve con ella no fue sana.

Sí, así es. Las relaciones a distancia no son buenas. Se supone que el amor debería trascender cualquier límite, pero esa no es la realidad.

Las personas que se aman desde lejos están condenadas.

Creo que nunca tuve la oportunidad de contarle esto a ella, pero ya no importa… De todos modos, déjame contarte este secreto, ya que al menos alguien tiene que saberlo.

Ella y yo fuimos muy felices por algunos meses… Luego de esos meses, ya empezaba a sentirse muy dañino estar tan apegado a alguien que está tan lejos.

Eso no quería decir que pudiéramos desapegarnos así como así.

Y yo en esa época no había aceptado mis problemas psicológicos. Nunca le había contado a nadie sobre ellos, nunca había visto a un psicólogo, no tenía nada de esperanza y sufría solo y en silencio.

Nunca fui capaz de decirle a ella que yo era una persona tan tímida que probablemente al verla en persona me escondería del miedo o saldría corriendo.

Pensé muchas veces que tal vez sería bueno decírselo, que ella tal vez lograría entenderlo e incluso me apoyaría y me ayudaría a mejorar. Si ella de verdad me quería, ¿no sería eso lo que habría de pasar?

Pero aun así, me dio mucho miedo y nunca fui capaz de decirle nada.

Así que solo vivíamos en esa falsa ilusión de “algún día estaremos juntos y seremos felices”…, pero debido a mis problemas, siempre pensé que eso era solo una mentira, así que un día decidí que lo mejor sería terminar con eso.

Pensé que ella nunca podría ser feliz con alguien como yo y que lo mejor para ella era que se olvidara de mí… Y entonces una vez decidí “desaparecer” y dejar las cosas ahí para siempre.

Y así fue. Desaparecí por un tiempo…

Pero no fui capaz de soportarlo y en poco tiempo regresé otra vez.

Le había dicho que me iría de vacaciones, y sin decirle más, planeaba desaparecer para siempre y no volver nunca más. Esperar que ella me olvidara pronto y pudiera ser feliz de verdad, aunque fuera con alguien más, con alguien mejor que yo.

Pero no pude soportarlo y regresé.

Esto es algo que recordé hace unos días y que creo que nunca tuve la oportunidad de confesarle a ella. Este es el secreto del que quería desahogarme: que yo también traté de dejarla una vez pero no pude.

Sí, traté de dejarla, y lo hacía porque pensaba que ella no podría ser feliz conmigo y que lo mejor para ella sería olvidarme… aunque yo aún quería estar siempre con ella.

Traté de dejarla porque pensé que era lo mejor para ella…

Y al final, fue ella la que me dejó porque era lo mejor para ella.

Oh, la ironía…

Ella no me dejó porque creyera que sería lo mejor para mí, sino que lo hizo a partir de su egoísmo, buscando su propia felicidad.

Yo la iba a dejar porque era lo mejor para ella, aunque con ello terminara sufriendo más yo.

Así que al final ella solo completó lo que yo empecé…

Yo lo hice todo por ella.

Ella también lo hizo todo por ella.

Un amor infinito que se volvió unilateral…

Pero al final el resultado es el mismo: ahora ella está mejor porque está sin mí. Ahora ella está con alguien con quien puede ser feliz de verdad…

Y yo… sigo solo, asustado, y atrapado en los infiernos de mi mente…

-001. Oh, la ironía…

-001. Oh, la ironía…

Me: ¿Quieres saber qué es lo irónico? Es ella… Ella lo es.

Lo irónico es que ella nunca fue la mejor conversadora, ¿sabes? No era la peor tampoco (ese puesto no sería para otra más que para la misma Madeleine), pero realmente no era la mejor.

¿Y sabes por qué es irónico eso? Bueno, te lo diré.

Primero que todo, “la Ironía” fue un nombre que ella misma se puso, nunca entendí bien por qué… pero no tiene nada que ver con lo que estoy tratando de decir, así que sigamos. (Hay que ser claro con todo siempre)

Ahora sí, te diré por qué es irónico. La razón por la que es irónico es porque el peor conversador de todos… soy yo.

Y, aun así, ella y yo nunca nos quedábamos sin qué hablar. Podríamos hablar por horas y horas cada día, y siempre habría algo más para decir.

¿No te parece irónico?

Que el peor conversador del mundo y una que estaba casi igual de lejos de ser la mejor conversadora nunca se quedaran sin conversación.

Madeleine: Pues sí. Supongo que no hay mal conversador, sino falta de temas.

Me: No… No es eso. Déjame aclararte que no es como dices.

Puede que haya un tema, pero si estás con un mal conversador, solo responderá con una expresión facial.

Puede que le hagas un cumplido de cuento de hadas a una persona, y si es un mal conversador, solo te responderá con un monosílabo.

Puedes contarle una historia fantástica, una profunda reflexión sobre la vida, puedes hablar de uno y mil temas… y no te responderán con mucho más que un gesto.

Madeleine: Entiendo.

Me:

O te responderá con una simple expresión de confirmación como “entiendo”, “está bien”, “ya veo”, “claro”.

Yo, por ejemplo, soy uno de esos malos conversadores. ¡Cuánto quisiera poder ser mejor! Soy de esos que frecuentemente responden con monosílabos y no aportan contenido nuevo a una conversación.

Así que es un hecho innegable. No se trata de si hay tema o no, los malos conversadores existen, existimos, por muchas razones en las que ahora no voy a profundizar…

Madeleine: Oh, ya entiendo. También soy muy mala conversadora… ¡con razón me mencionaste!

Me: Así que, siendo yo tan mal conversador, podía pasar horas enteras conversando con ella, que tampoco era la mejor conversadora…

¿Ya te parece un poco más irónico?

Madeleine: Sí, ya tiene más sentido.

Me: Pero aún no está del todo claro la ironía… así que déjame tratar de ser más claro.

Ella es más extrovertida que yo, por lo que es de esperarse que también sea mejor conversadora que yo, naturalmente.

A pesar de eso, cuándo solíamos pasar horas conversando, casi siempre era yo el que más hablaba, y ella solo prestaba atención.

Y a mis largos discursos, ella muchas veces solo respondía con alguna de esas cortas expresiones de confirmación.

Realmente no era la mejor conversadora, aunque tampoco era la peor.

Casi siempre estaba de acuerdo en todo conmigo, y cuando no lo estaba… probablemente solo no lo decía para evitar una discusión.

No creo que me considerara alguna clase de hombre cerrado que no pudiera aceptar más que su propio punto de vista, pero supongo que simplemente prefería evitar cualquier choque entre los dos…

Madeleine: Sí, probablemente fuera eso.

Me: Bueno, esa es toda la ironía que quería mencionar.

Ah, ella era tan perfecta a veces…

Aunque supongo que también puede tomarse de otra manera… Y, después de todo, podría decirse que realmente no soy un mal conversador, si se toman en cuenta otros medios diferentes al medio oral en los que soy capaz de expresarme con mucha mayor fluidez y espontaneidad… y solamente soy un mal conversador si es en un diálogo frente a frente… 

¿Qué dices?

Madeleine: Supongo que tienes razón. Por lo menos conmigo hablas bastante, pero por lo que me has dicho, en otros casos es una cosa diferente. ¡Así que sí!

Me: ¿Crees que es interesante todo lo que acabo de decir?

Madeleine: No creo quesea interesante per se, pero tú lo has hecho ver así.

Me: ¿Estás diciendo que hice ver interesante algo que no lo es?

Madeleine: Creo que eso fue lo que dije.

Me: ¿Eso no me convertiría a mí en alguien interesante?

Madeleine: Podría decirse que sí.

Me: ¿Por qué crees que ella se habría aburrido de mí? Jamás lo pude entender… Nunca hice nada mal, ¿o sí? Tal vez el haber sido muy celoso, pero no creo que se haya aburrido por eso…

Madeleine: Quién sabe, tal vez lo de ser celoso también pudo haber influido un poco.

Me: Supongo que al final pudo haber usado eso como pretexto, pero estoy seguro de que esa no era la razón. Muchas veces me dijo que le gustaba que fuera así.

A mí también me gustaba que ella fuera así…

Madeleine: Oh… Bueno, eso sí ya es diferente.

Me: Cuando tienes un amor así, no te importa que no haya nadie más aparte de la persona que amas…

Por eso incluso te hace feliz que la otra persona se preocupe porque tenga miedo de estar perdiendo tu atención.

Después de todo, tu atención quieres dársela toda a ella porque la amas… Y no solo tu atención, quieres dárselo todo…

Así soy yo.

Y así era ella.

Pero después ya no era así…

Nunca entendí qué cambió. Su amor simplemente se desvaneció… Quizás conoció a otra persona mejor que yo. No lo sé, nunca me lo dijo.

Quizás conoció a alguien más real.

Y yo me desvanecí de su mundo… como un sueño que nunca se cumplió.

Madeleine: Entiendo…

Me: ¿Por qué eres tan mala conversadora, Madeleine?

Madeleine: I would like to speak in English now.

Me: …