-002. Tripulación, desarmar toboganes

Me: Déjame contarte un secreto…
El secreto es: las relaciones a distancia no son sanas.
No, ese no es el secreto. Eso es de conocimiento público… El verdadero secreto es este: la relación a distancia que tuve con ella no fue sana.
Sí, así es. Las relaciones a distancia no son buenas. Se supone que el amor debería trascender cualquier límite, pero esa no es la realidad.
Las personas que se aman desde lejos están condenadas.
Creo que nunca tuve la oportunidad de contarle esto a ella, pero ya no importa… De todos modos, déjame contarte este secreto, ya que al menos alguien tiene que saberlo.
Ella y yo fuimos muy felices por algunos meses… Luego de esos meses, ya empezaba a sentirse muy dañino estar tan apegado a alguien que está tan lejos.
Eso no quería decir que pudiéramos desapegarnos así como así.
Y yo en esa época no había aceptado mis problemas psicológicos. Nunca le había contado a nadie sobre ellos, nunca había visto a un psicólogo, no tenía nada de esperanza y sufría solo y en silencio.
Nunca fui capaz de decirle a ella que yo era una persona tan tímida que probablemente al verla en persona me escondería del miedo o saldría corriendo.
Pensé muchas veces que tal vez sería bueno decírselo, que ella tal vez lograría entenderlo e incluso me apoyaría y me ayudaría a mejorar. Si ella de verdad me quería, ¿no sería eso lo que habría de pasar?
Pero aun así, me dio mucho miedo y nunca fui capaz de decirle nada.
Así que solo vivíamos en esa falsa ilusión de “algún día estaremos juntos y seremos felices”…, pero debido a mis problemas, siempre pensé que eso era solo una mentira, así que un día decidí que lo mejor sería terminar con eso.
Pensé que ella nunca podría ser feliz con alguien como yo y que lo mejor para ella era que se olvidara de mí… Y entonces una vez decidí “desaparecer” y dejar las cosas ahí para siempre.
Y así fue. Desaparecí por un tiempo…
Pero no fui capaz de soportarlo y en poco tiempo regresé otra vez.
Le había dicho que me iría de vacaciones, y sin decirle más, planeaba desaparecer para siempre y no volver nunca más. Esperar que ella me olvidara pronto y pudiera ser feliz de verdad, aunque fuera con alguien más, con alguien mejor que yo.
Pero no pude soportarlo y regresé.
Esto es algo que recordé hace unos días y que creo que nunca tuve la oportunidad de confesarle a ella. Este es el secreto del que quería desahogarme: que yo también traté de dejarla una vez pero no pude.
Sí, traté de dejarla, y lo hacía porque pensaba que ella no podría ser feliz conmigo y que lo mejor para ella sería olvidarme… aunque yo aún quería estar siempre con ella.
Traté de dejarla porque pensé que era lo mejor para ella…
Y al final, fue ella la que me dejó porque era lo mejor para ella.
Oh, la ironía…
Ella no me dejó porque creyera que sería lo mejor para mí, sino que lo hizo a partir de su egoísmo, buscando su propia felicidad.
Yo la iba a dejar porque era lo mejor para ella, aunque con ello terminara sufriendo más yo.
Así que al final ella solo completó lo que yo empecé…
Yo lo hice todo por ella.
Ella también lo hizo todo por ella.
Un amor infinito que se volvió unilateral…
Pero al final el resultado es el mismo: ahora ella está mejor porque está sin mí. Ahora ella está con alguien con quien puede ser feliz de verdad…
Y yo… sigo solo, asustado, y atrapado en los infiernos de mi mente…