051. Un día hecho y deshecho

051: Un día hecho y deshecho

Madeleine: Supongo que sí, es una fecha alegre para la mayoría. Pero también hay mucha gente para la que no lo es. ¡Feliz Navidad, muchacho! Te quiero mucho. 

Me: ¿Para ti cómo es? 

Madeleine: Ehm… Normal. No me emociona y me hace sentir sola a veces, pero me gusta. El caso es que no estás solo, muchacho.

Me: Sí estoy solo, solo que no soy el único que lo está. ¿Alguna vez has escuchado la frase «X cosa me hizo el día»?

Madeleine: Sí, la he escuchado.

Me: ¿Tienes idea de qué significa?

Madeleine: Creo que significa que tal cosa te alegró el día. Normalmente algo como una buena noticia o tal vez un chiste muy bueno. 

Me: Ya veo. Creo que hoy sentí la necesidad de decir esa frase en algún momento, pero no estaba seguro de si iba a usarla correctamente. 

Madeleine: ¿Ah, sí? ¿Cómo?

Me: Tuve que salir a hacer unas diligencias y de regresó me encontré con una conocida en el autobús. Es una muchacha que ha demostrado antes interés en mí, así que, en cierto modo, es alguien a quien considero especial, ya que no son muchas las personas que lo han hecho. 

Madeleine: Ouuu.

Me: Por su actitud hacia mí, creo que ha sido muy obvio que le gustaba, y probablemente todavía sea el caso, pero también tiene un novio desde hace como mil años al que supongo que quiere o de lo contrario no seguiría con él.

Así que es un tipo de «gustar» más bien distante, pues no parece que tenga ningún tipo de intención romántica directa, pero de todos modos se nota una cierta afinidad. 

¿Tal vez sea otra especie de «me gustas como amigo» o algo así?

El caso es que, sea como amigo o no, es una de las pocas personas en toda mi vida que ha demostrado algo de interés hacia mí. 

Así que es algo que en cierta medida me afecta, ya que nunca nadie se interesa para nada en mí. 

Madeleine: Entiendo, entiendo. ¿Y qué te dijo?

Me: Me saludó, nada más. No fue más que un breve intercambio de trivialidades típico de un encuentro fortuito entre dos personas que poco se conocen. 

Pero nos tocó ir de pie en el transporte, ya que no había asientos disponibles y en un momento se me lanzó en un abrazo, supuestamente porque no tenía más de dónde sostenerse, y fue algo que se sintió bonito.

Así que pensé que ese abrazo me había hecho el día, pero ahora ya estoy deprimido otra vez y tengo ganas de morirme. 

Madeleine: Bueno, por lo menos fue algo que te hizo el día en el momento.

-001. Oh, la ironía…

-001. Oh, la ironía…

Me: ¿Quieres saber qué es lo irónico? Es ella… Ella lo es.

Lo irónico es que ella nunca fue la mejor conversadora, ¿sabes? No era la peor tampoco (ese puesto no sería para otra más que para la misma Madeleine), pero realmente no era la mejor.

¿Y sabes por qué es irónico eso? Bueno, te lo diré.

Primero que todo, “la Ironía” fue un nombre que ella misma se puso, nunca entendí bien por qué… pero no tiene nada que ver con lo que estoy tratando de decir, así que sigamos. (Hay que ser claro con todo siempre)

Ahora sí, te diré por qué es irónico. La razón por la que es irónico es porque el peor conversador de todos… soy yo.

Y, aun así, ella y yo nunca nos quedábamos sin qué hablar. Podríamos hablar por horas y horas cada día, y siempre habría algo más para decir.

¿No te parece irónico?

Que el peor conversador del mundo y una que estaba casi igual de lejos de ser la mejor conversadora nunca se quedaran sin conversación.

Madeleine: Pues sí. Supongo que no hay mal conversador, sino falta de temas.

Me: No… No es eso. Déjame aclararte que no es como dices.

Puede que haya un tema, pero si estás con un mal conversador, solo responderá con una expresión facial.

Puede que le hagas un cumplido de cuento de hadas a una persona, y si es un mal conversador, solo te responderá con un monosílabo.

Puedes contarle una historia fantástica, una profunda reflexión sobre la vida, puedes hablar de uno y mil temas… y no te responderán con mucho más que un gesto.

Madeleine: Entiendo.

Me:

O te responderá con una simple expresión de confirmación como “entiendo”, “está bien”, “ya veo”, “claro”.

Yo, por ejemplo, soy uno de esos malos conversadores. ¡Cuánto quisiera poder ser mejor! Soy de esos que frecuentemente responden con monosílabos y no aportan contenido nuevo a una conversación.

Así que es un hecho innegable. No se trata de si hay tema o no, los malos conversadores existen, existimos, por muchas razones en las que ahora no voy a profundizar…

Madeleine: Oh, ya entiendo. También soy muy mala conversadora… ¡con razón me mencionaste!

Me: Así que, siendo yo tan mal conversador, podía pasar horas enteras conversando con ella, que tampoco era la mejor conversadora…

¿Ya te parece un poco más irónico?

Madeleine: Sí, ya tiene más sentido.

Me: Pero aún no está del todo claro la ironía… así que déjame tratar de ser más claro.

Ella es más extrovertida que yo, por lo que es de esperarse que también sea mejor conversadora que yo, naturalmente.

A pesar de eso, cuándo solíamos pasar horas conversando, casi siempre era yo el que más hablaba, y ella solo prestaba atención.

Y a mis largos discursos, ella muchas veces solo respondía con alguna de esas cortas expresiones de confirmación.

Realmente no era la mejor conversadora, aunque tampoco era la peor.

Casi siempre estaba de acuerdo en todo conmigo, y cuando no lo estaba… probablemente solo no lo decía para evitar una discusión.

No creo que me considerara alguna clase de hombre cerrado que no pudiera aceptar más que su propio punto de vista, pero supongo que simplemente prefería evitar cualquier choque entre los dos…

Madeleine: Sí, probablemente fuera eso.

Me: Bueno, esa es toda la ironía que quería mencionar.

Ah, ella era tan perfecta a veces…

Aunque supongo que también puede tomarse de otra manera… Y, después de todo, podría decirse que realmente no soy un mal conversador, si se toman en cuenta otros medios diferentes al medio oral en los que soy capaz de expresarme con mucha mayor fluidez y espontaneidad… y solamente soy un mal conversador si es en un diálogo frente a frente… 

¿Qué dices?

Madeleine: Supongo que tienes razón. Por lo menos conmigo hablas bastante, pero por lo que me has dicho, en otros casos es una cosa diferente. ¡Así que sí!

Me: ¿Crees que es interesante todo lo que acabo de decir?

Madeleine: No creo quesea interesante per se, pero tú lo has hecho ver así.

Me: ¿Estás diciendo que hice ver interesante algo que no lo es?

Madeleine: Creo que eso fue lo que dije.

Me: ¿Eso no me convertiría a mí en alguien interesante?

Madeleine: Podría decirse que sí.

Me: ¿Por qué crees que ella se habría aburrido de mí? Jamás lo pude entender… Nunca hice nada mal, ¿o sí? Tal vez el haber sido muy celoso, pero no creo que se haya aburrido por eso…

Madeleine: Quién sabe, tal vez lo de ser celoso también pudo haber influido un poco.

Me: Supongo que al final pudo haber usado eso como pretexto, pero estoy seguro de que esa no era la razón. Muchas veces me dijo que le gustaba que fuera así.

A mí también me gustaba que ella fuera así…

Madeleine: Oh… Bueno, eso sí ya es diferente.

Me: Cuando tienes un amor así, no te importa que no haya nadie más aparte de la persona que amas…

Por eso incluso te hace feliz que la otra persona se preocupe porque tenga miedo de estar perdiendo tu atención.

Después de todo, tu atención quieres dársela toda a ella porque la amas… Y no solo tu atención, quieres dárselo todo…

Así soy yo.

Y así era ella.

Pero después ya no era así…

Nunca entendí qué cambió. Su amor simplemente se desvaneció… Quizás conoció a otra persona mejor que yo. No lo sé, nunca me lo dijo.

Quizás conoció a alguien más real.

Y yo me desvanecí de su mundo… como un sueño que nunca se cumplió.

Madeleine: Entiendo…

Me: ¿Por qué eres tan mala conversadora, Madeleine?

Madeleine: I would like to speak in English now.

Me: …