047. Grinch

047: Grinch

Me: ¿Cómo estás hoy, Madeleine?

Madeleine: Bien. Un poco cansada, nada más. ¿Y tú?

Me: Deprimido. Extraño mucho a Blanquita y siento que me rechazaron en la universidad porque no sirvo para nada. 

Creo que Blanquita me odia por la manera tan seca y cortante con la que la traté la última vez o que por lo menos está enojada conmigo, que al final es lo mismo que odiar aunque supuestamente uno sea más efímero que el otro; al final y al cabo ambos son sentimientos de hostilidad y en la escala de la eternidad no existe diferencia entre una hora y un siglo. Pero sé que en realidad no me odia ni me desea el mal, sino que simplemente le soy indiferente y no existo para ella. 

Me inscribí en otra universidad y la otra semana me harán la entrevista para esa. Y ahora tengo miedo de que rechacen otra vez y entonces sea confirmado que no sirvo para ser psicólogo ni para nada.

Conocimiento validado por dos fuentes diferentes ya es conocimiento científico. Pronto sacarán una fórmula matemática para demostrar que soy un inútil. 

El otro día fui a ver el Grinch al cine. No sé por qué carajos pensé que me iba a gustar esa película. Es horrible. Era mucho más cringe que grinch. 

Solo me gustaba el Grinch cuando era grinch, cuando era amargado y odiaba a todos, pero eso solo fue como dos minutos de la película y todo lo demás fue puro espíritu navideño y toda esa porquería. 

Soy un grinch. 

Y aunque mi corazón ya es siete veces más grande de lo normal, sigo siendo un grinch, porque cada suspiro de amor que doy se siente como una puñalada en el corazón. 

Y aunque ya no me debería quedar aire para suspirar, me sigo taladrando el corazón a punta de estocadas masoquistas.  

Y siento que me has dejado hablando solo. 

Todo es horrible. Me quiero morir. 

Madeleine: No te he dejado solo. Aquí estoy. No creo que Blanquita te odie. Tal vez esté un poco enojada, pero creo que odiar es algo muy fuerte. 

Me: Exacto. Blanquita no siente nada fuerte hacia mí. Simplemente me ignora, se ha olvidado de mí y ya no existo para ella. 

Madeleine: Tampoco creo eso. Uno no se olvida de alguien así como así. 

Me: Ella sí, yo sí lo creo. 

Madeleine: ¿Por qué piensas eso?

Me: Porque no me habló una sola vez durante dos años, pudiendo haberlo hecho. Tal vez no me ha reprimido en su inconsciente, ni se ha arrancado de su cerebro las partes donde las neuronas se juntan en un estallido electroquímico para formar un recuerdo con mi nombre, pero mi imagen nunca está en sus pensamientos y eso también es como haberme olvidado. 

¿Crees que me rechazarán también en la otra universidad? 

Madeleine: No. Yo creo que entrarás. 

Me: ¿Por qué? Solo lo dices por decirlo. No tienes cómo saber. 

Madeleine: Porque sé que no eres ningún tonto, y puedes pasar. 

Me: ¿Entonces por qué no pasé la anterior? 

Madeleine: Ojalá hubiera manera de saber. ¿Tú qué crees? 

Me: Es porque no sirvo para nada, porque tengo problemas mentales. 

Madeleine: …

086. Nostalgia

086: Nostalgia

Me: Se trata de gustos diferentes. A mí ese tipo de música me aburre, pero en cambio a ti… te produce nostalgia.

Madeleine: ¡Así es! Puedo imaginarme bailándola en un baile de salón o algo así.

Me: Ah, pero la nostalgia en sí es un sentimiento muy aburrido… un intermedio entre la tristeza y la felicidad que no llega ser una ni la otra.

Madeleine: Oh, qué interesante. No lo había visto de esa manera.

Me: Ya sabes que no soy una persona de emociones tibias. En lo personal, prefiero estar eufórico o melancólico, pero nada intermedio.

Madeleine: Pero con la nostalgia terminas llegando a uno de los dos extremos, ¿no?

Me: ¿Ah, sí? ¿A cuál llegaste?

Madeleine: Depende. Algunas veces termino feliz y otras veces termino melancólica. Casi siempre me suceden las dos: primero felicidad y después la tristeza.

Me: Pero en el momento en que pasas a uno de los dos estados diría que ya no estás “nostálgica”.

Sin embargo, me refería a este momento… Después de haber escuchado esa canción nostálgica todo el día, ¿a cuál sentimiento llegaste?

Madeleine: Melancolía.

Me: …No lo aparentas. Pero está bien, no puedo ver tus ojos rojos para comprobarlo.

Madeleine: En realidad no fue algo tan extremo.

Me: La nostalgia normalmente viene acompañada de recuerdos. A veces incluso de sueños… ¿En qué has estado pensando hoy?

Madeleine: Estaba pensando en las épocas navideñas. Esa música me recordó a esos especiales navideños que pasaban en la tele.

Me: Awww, qué ternurita.

Madeleine: Es perfecto para esa época.

Me: Sí… Aunque yo odio ese tipo de recuerdos nostálgicos. Como te dije, no me gusta como se siente ese sentimiento.

Madeleine: Ya veo… Supongo que está bien.

Me: También me ocurren sentimientos extraños cuando voy por la calle y de repente percibo un olor que me trae fuertes recuerdos de alguna cosa del pasado.

Madeleine: ¿Y no te gusta?

Me: No sé, es demasiado extraño. Es como estar en el pasado de repente, lo cual es interesante, pero las sensaciones son tan fuertes que incluso recuerdo lo desagradable que fue la vida siempre y eso no me gusta.

Aun si son recuerdos de momentos buenos, también se siente extrañamente desagradable el hecho de sentir que esos momentos no son reales, sino que son solo un recuerdo.

A veces aguanto la respiración para no percibir esos olores…

Creo que no sé cómo expresarlo bien. Es una de las cosas que me hace sentir que me estoy volviendo loco. Tiene un lado interesante, pero también uno desagradable, y al juntarse ambos se siente la cosa más extraña…

Madeleine: Creo que te entiendo.

Me: También me pasa una sensación similar cuando veo gente normal, viviendo sus vidas de una manera feliz e inocente.

Madeleine: Eso suele pasar, te entiendo. 

Me: Cuando veo niños jugando, o parejas de la mano, o familias juntas… Se siente extraño. Es una cierta sensación de desprecio, mezclada con algo parecido a la felicidad.

Madeleine: ¿Felicidad?

Me: Sí, algo así. Por sus vidas aparentemente normales y felices. Porque al menos sé que existe gente que puede vivir así.

El desprecio viene porque siento que yo jamás viví así y que probablemente nunca lo haga.

Madeleine: Entiendo. Me pasa algo parecido con mucha gente que admiro. 😦

Me: A veces pienso: Wow, qué sencillo sería poder ser feliz. Incluso tener una vida perfecta no es imposible. Todas las cosas que componen esa vida son cosas bastante normales, frecuentes y cotidianas, pero aun así, parece que en mi vida nunca se alinearán esas cosas, sin importar cuánto me esfuerce…

Madeleine: Sí, sí, sí. ¡Eso mismo me pasa!

Me: Aww… ¡Abrázame, hermana!