Reseña: Flashforward
Ficha técnica
Título: Flashforward.
Autor:
Robert J. Sawyer.
Género: Ciencia ficción.
Editorial: La Factoría de Ideas.
Número de páginas: 320.
Año de la edición: 2009.
Año de publicación original: 1999.
Valoración: 4/5.
☆ ☆ ☆ ☆
Sinopsis
(Libre de spoilers)
En el año 2009, un grupo de científicos lleva a
cabo un experimento en el Gran Colisionador de Hadrones del CERN con el
objetivo de comprobar la existencia de la afamada partícula elemental conocida
como el Bosón de Higgs. En lugar del descubrimiento de la partícula, sin
embargo, el experimento produce un fenómeno global de traslación de la
consciencia veintiún años hacia el futuro, el cual dura alrededor de tres
minutos. Mientras que el caos resultante de haber dejado inconsciente a la
humanidad durante este breve lapso de tiempo deja a los científicos en una
situación comprometedora, por otro lado, las visiones del futuro experimentadas
por cada individuo ofrecen a cada uno la posibilidad de decidir si dejarse
llevar hacia donde se supone que deben estar o intentar luchar por tomar el
control de sus propias vidas.
Opinión personal
(Puede contener spoilers)
Antes de dar mi opinión personal, voy a dar una
breve descripción de los personajes principales para que el lector de esta
reseña no se sienta perdido en mis divagaciones subsiguientes.
-Lloyd Simcoe: Científico canadiense encargado de diseñar y
dirigir el experimento. En el momento del experimento se encuentra comprometido
con su colega Michiko Komura, aunque en su visión del futuro se ve con una
mujer diferente.
-Theo Procopides: Científico de origen griego, segundo al mando en
la dirección del experimento. No tuvo ninguna visión, lo que implica que dentro
de veintiún años estaría muerto, motivo por el cual se obsesiona con investigar
su muerte para así tratar de evitarla.
-Michiko Komura: Científica de origen japonés, también presente
durante la ejecución del experimento en el Gran Colisionador de Hadrones. Está
comprometida con Lloyd en el momento del experimento. En su visión se ve en
Japón, compartiendo tiempo con su hija.
Ahora sí, mi opinión.
Trama: En general, la novela se basa en una premisa
bastante interesante, aunque se desperdicia un poco todo lo que se podría haber
hecho con ella al centrarse solo en la perspectiva de unos pocos personajes que
en su mayoría demostraron no ser particularmente cautivadores.
Ritmo: Salvo el episodio de los flashforwards (las
visiones del futuro) y uno que otro pequeño flashback, la historia se narra de
un modo muy lineal y los acontecimientos suceden de una manera muy fluida sin
detenerse demasiado en la introspección de los personajes, lo que resulta como
un punto a favor del ritmo de la historia (que se puede leer de corrido en
pocas sesiones), pero uno en contra del desarrollo de los personajes.
Personajes: Cosas como la ansiedad y el pánico de Theo al
obsesionarse con su muerte, o la decepción de Lloyd tras su matrimonio fallido,
los aspectos más humanos de los personajes principales, no tuvieron impacto
suficiente en la lectura. Por el contrario, se vieron opacados por la rápida
sucesión de los eventos en la historia y el poco espacio que se dio en ella
para profundizar en estos temas.
Y no solo el desarrollo psicológico que se le dio a
los personajes es poco a lo largo de todo el libro. Además de eso, en el poco
desarrollo que se les dio parece haber incoherencias en ciertos puntos. (Ver
los análisis ulteriores)
Lenguaje: Otro punto a favor del ritmo en el que se
desarrolla la historia es el tipo de lenguaje utilizado por el autor. La
narración es sencilla y directa, con pocos adornos.
En cuanto al lenguaje científico utilizado en la
novela, no solo es muy acertado y verosímil, sino que además en ningún momento
resulta abrumador en sus descripciones para un lector casual que no esté del
todo familiarizado con el género.
El tema de la obra: Probablemente la parte que
más me ha gustado de la novela es la constante reflexión filosófica que se hace
a lo largo de la historia (particularmente en la segunda parte) en torno al
tema del libre albedrío. ¿Tenemos libertad para hacer lo que queramos con
nuestras vidas o estamos condicionados a factores universales que van más allá
de nuestra voluntad y condenados a vivir una determinada vida? La novela nos
ofrece, a partir de los diálogos entre los diferentes personaje, interesantes
planteamientos que apoyan cada una de las perspectivas.
Otra cosa que me gustó es el hecho de que el autor
intentara abarcar, aunque de manera breve, todos los posibles aspectos en
los que podría repercutir un fenómeno como el que se narra: desde sus
consecuencias inmediatas a nivel físico hasta sus eventuales implicaciones
sociales, políticas, religiosas, filosóficas, etc. Esto nos ofrece una visión
bastante completa del mundo en el que se desenvuelve la historia.
Conclusión: Si bien considero que tiene una leve carencia en el
desarrollo psicológico de sus personajes, en general es una buena obra. Creo
que es una buena representante de su género. Recomendada para todos los amantes
de la ciencia ficción y para todos los que nunca han leído un libro de ciencia
ficción pero quieren dar el primer paso.
Por cierto, sé que hay una serie de televisión
basada en este libro, pero no está entre mis planes verla en ningún momento
pronto, así que no me interesa hacer ningún tipo de comparaciones.
Análisis ulteriores
(Definitivamente contiene spoilers)
No quería que la reseña quedara muy pesada, pero ya
que esta entrada se trata de dar mi opinión sobre la lectura, he tenido que
hacer esta sección «aparte» para hacer ciertos comentarios muy
particulares. Alerta de spoilers.
Sobre la
coherencia de los personajes principales.
Lloyd. Un ejemplo de esto es el caso de Simcoe, quien se
describió como alguien que se había visto bastante afectado desde su infancia
por el divorcio de sus padres. Al principio tiene una posición determinista en
cuanto al futuro, es decir, que piensa que es uno solo y que no se puede
cambiar, pero a pesar de que se demostró que estaba equivocado en eso (a pesar
del trauma por el divorcio de sus padres y del conocimiento de que podía
cambiarse el futuro), al parecer nada de eso fue suficiente para que al final
terminara casándose con Michiko y arruinando su matrimonio de todos modos, y
más adelante conocer a la mujer que vio en su visión. Más que una incoherencia,
en realidad solo es una falta de una cierta justicia poética o una elaboración
más profunda de sus eventuales acciones que justificara esta aparente
contradicción.
Theo. Ahora, una pregunta filosófica que no se ocurrió en
el libro. Si Theo Procopides tenía tanto pánico por saber que iba a morir joven
a sus 48 años, el hecho de saber que el futuro no era inmutable ¿debería
aliviarlo o causarle más pánico? ¿No habría sido mejor saber la fecha exacta en
la que iba a morir y vivir tranquilo el resto de sus días en lugar de saber que
el futuro era incierto y que de hecho podría morir incluso antes?
Si fuera yo, eso es lo que haría al conocer el
momento exacto en que voy a morir: vivir tranquilo el resto de mis días
sabiendo que es seguro que, hasta que llegue ese momento, no voy a morir no
importa lo que me pase. Al menos sería ideal desde una perspectiva determinista
en la que el futuro visto no puede cambiarse.
De todos modos, para un personaje obsesionado con
tratar de evitar su muerte, Theo tuvo una excusa muy pobre para lanzarse
directamente hacia ella, yendo al lugar exacto donde iba a morir en el momento
exacto en el que iba a morir: «No quería venir a Ginebra, pero me necesitan
para el trabajo». ¿Entonces para alguien que está obsesionado con tratar de
evitar su muerte es más importante el trabajo? A menos que en algún momento se
le hubiera descrito también como un obsesionado con el trabajo, esto sí que
es directamente una incoherencia.
¿La moraleja?
El epílogo de Theo casi nos enseña una contundente
moraleja acerca de aprovechar el presente al máximo y no obsesionarnos con el
futuro como hizo Theo, desperdiciando más de dos décadas de su vida.
Digo casi, porque habría sido más contundente si se
nos hubiera narrado la muerte de Theo justo (o poco) después del momento en el
que decidió que había desperdiciado los últimos 21 años de su vida y que ahora
sí debería empezar a aprovecharla. Supongo que una segunda moraleja, menos
contundente, que resultó de esto es: nunca es tarde para empezar a aprovechar
la vida…
Pero no podría estar de acuerdo con esa,
especialmente teniendo en cuenta que surge de una obra en la que es posible
determinar el periodo de vida que tiene una persona antes de morir.
Así que aquí está mi propia moraleja:
«Un segundo a partir de ahora es un segundo
muy tarde para empezar a disfrutar de la vida. Cada segundo que se pasa sin
empezar a aprovecharla es un segundo más tarde».