015. Poeta Psicópata

015. Poeta Psicópata

Me: ¡Madeleine, Madeleine! ¡Me siento como un idiota, Madeleine!

Es porque soy un idiota, Madeleine.

Madeleine: ¿Qué pasó? ¿Por qué lo dices?

Me: No… No solo soy un idiota. Soy un bicho raro, ¿verdad?

Madeleine: Todos somos raros, chico.

Me: Hoy tuve que ir a la universidad a pagar mis derechos de grado. Y adivina qué.

Madeleine: ¿No pudiste preguntar? ¿No pudiste pagarlos?

Me: Ay, no… No es eso.

Siempre que voy a la universidad me da miedo que pueda encontrarme con Blanquita.

Y, desgraciadamente, casi siempre me la encuentro.

Siempre voy deseando sinceramente no encontrármela, rogándole al dios invisible e inexistente que no me encuentre con ella, porque sé que es lo mejor.

Pero cuando la veo… No puedo evitar querer verla y que ella me vea.

Es estúpido, ¿verdad?

Voy deseando no encontrármela, pero apenas la veo, no puedo evitar tratar de verla más y desear que ella me vea a mí.

Sí, es estúpido… ¿Cómo es posible que después de más de un año no haya sido capaz de superar a una chica con la que nunca fui nada y a quien solo conocí por menos de dos meses?

¿Todos somos así de raros? ¡No lo creo!

Pero te diré la estupidez que hice hoy.

Iba saliendo de pagar los derechos y la vi caminando como a una cuadra de donde yo estaba, alejándose lentamente. Entonces empecé a caminar más rápido para encontrármela, para que ella me viera.

Pero cuando pasé junto a ella, ella se dio vuelta hacia un lado y se quedó hablando por teléfono, así que no me vio.

Yo seguí derecho y ¿adivinas qué hice después?

Tomé el camino que sabía que ella iba a tomar y después me devolví por ese mismo camino para encontrarme de frente con ella.

¡Ah, ¿todos somos así de raros?! ¡Soy un acosador, un psicópata! No soy más que un bicho raro.

Pero en serio, ¿cómo es posible que, después de un año, no haya superado a alguien con quien solo compartí unas pocas semanas?

Después de más de un año…

Pensé que la había superado, pero sigo haciendo estas estupideces y sigo sintiéndome mal cada vez que la veo.

No he superado nada. Es solo que no verla ayuda a olvidarla.

Seguramente tampoco he superado a Scarlet. Seguramente si algún día vuelvo a verla o saber algo de ella, me sentiré mal otra vez. Si la viera, seguramente me moriría.

¿Qué debería hacer, Madeleine?

Ver a Blanquita y sentirme tan estúpido y sin valor aumentó mis deseos de morir.

¿Y sabes qué? Este tipo de cosas me hace sentir unos deseos macabros que son positivos en cierto sentido.

Normalmente, siempre tengo miedo de pensar en la muerte…

Pero cuando me dan ganas de morir por algo como esto, siento que será lo más emocionante que podría hacer en mi vida.

No tengo esperanza en esta vida, Madeleine.

¿Cómo es posible que no supere a una persona que conocí solamente por dos semanas? ¿Qué más patético se puede llegar a ser?

Dos semanas es todo a lo que puedo aspirar de felicidad en mi vida. Y hablo de toda mi vida, no solo del pasado.

De toda mi vida, mis dos semanas de felicidad ya se acabaron.

¿Estás ahí, Madeleine?

Madeleine: Mira, cada persona es distinta. No debes sentirte patético por eso.

Me: ¿Que no me sienta patético por ser patético?

Madeleine: Me refiero a que… Un evento como, no sé, comer. Algo tan normal, por ejemplo, para una persona con discapacidad que nunca ha sido capaz de comer por sí misma es algo increíble. Es un evento que marca su vida.

Para alguien tan tímido como tú o yo, eventos tan sencillos como ir a una tienda o llamar por teléfono suelen ser más angustiantes. Al menos para mí.

Así que no sé, yo lo considero algo normal.

Sí, a ojos de otros, conocer a otra persona puede ser algo mundano. Pero para nosotros, es algo más significativo. Así que es normal que las cosas así nos afecten “más de lo normal”.

Me: Esa es nuestra maldición, Madeleine. La razón por la que somos patéticos y por la que probablemente nunca seremos felices en nuestras vidas.

Puede que sea algo normal que nos afecten las cosas “más de lo normal”, ¡pero que sea normal no significa que esté bien!

Madeleine: Pero tampoco significa que esté mal. Cada uno tiene su ritmo.

Me: ¿No está mal sentirse mal? ¡Es una paradoja!

Madeleine: Digo, sentirse triste no es algo malo. Es una respuesta natural.

Me: Se llama trastorno depresivo persistente cuando dura por tanto tiempo. Sí qué está mal.

Madeleine: Bueno, eso ya es otra cosa. De cualquier modo, ¡no es tu culpa!

Me: Y es justamente por el hecho de que somos tan tímidos que no podemos salir fácilmente de situaciones neuróticas como esta.

No puedo salir y conocer a otra gente para mejorar mi estabilidad emocional. Ni siquiera tengo amigos con quien hablar ni hacer nada. Solo estoy encerrado todo el día.

Madeleine: Espero que todo pueda mejorar pronto.

Me: Gracias, Mads.

Igual es un problema que no puedo solucionar tan fácilmente. Creo que moriré con esto de todos modos, y, probablemente, también por esto.