050. Feliz navidad (y próspero Yule) 2018

Extraño mucho a Blanquita… y a Scarlet. 

Hoy es un día feliz para la gente normal, ¿no? Para los que no son Grinch como yo. 

Compartir en familia e intercambiar regalos, o por lo menos buenos deseos. Esas cosas conforman un día feliz para la mayoría de las personas, ¿no?

Seguramente hoy es un día feliz para Scarlet, quien debe estar en este instante compartiendo momentos memorables con su familia y su pareja actual. 

Momentos que son cortos pero que valen la pena recordar durante toda la vida, porque son momentos felices que le dan sentido a tu existencia.

Todo lo contrario a lo que soy yo, o a lo que alguna vez fui, pero que fue tan corto y tan baladí, que en realidad es como si nunca hubiera sido: 

Toda una vida entera que no vale la pena recordar ni tan solo por un instante. 

Pero creo que la vida –la de los vivos, no la mía– es muy bonita y vale la pena celebrarla, porque está llena de estos momentos de calidez que la desbordan de tanto significado que se vuelve absurdamente satisfactoria. 

Seguramente hoy es un día feliz para mi Blanca, quien debe estar en este instante regalando su cuerpo y su alma a la persona que ama. 

Un cuerpo y un alma que fueron hechos para intercambiar amor y placer; el amor que producen las caricias y el placer que produce la admiración.    

Todo lo contrario a lo que produce mi ser, que deformado por la corrupción aleatoria del azar, ataca a su propia naturaleza con reacciones opuestas.

Recibe odio a cambio de amor y genera asco en lugar de placer. 

Pero creo que esta existencia –la de los reales, no la mía– es una obra de arte grandiosa y perfecta, y al ver su belleza tan grande no puedo evitar conmoverme, y celebro satisfecho en mi desesperación la vida que nunca tuve pero que siempre soñé, porque al menos en mis sueños pude tocar algo que era perfecto, y ese algo es una vida con nombre de color. 

Feliz Navidad, Madeleine.

050: Feliz navidad (y próspero Yule) 2018

Me: ¿Cómo la estás pasando, Madeleine?

Madeleine: Algo aburrida. Estamos preparando la cena.

Me: Al final no recibí ningún mensaje de Blanquita, y yo tampoco le dejé ninguno. 

Quisiera dejarle buenos deseos y, sobre todo, decirle que la quiero mucho, pero creo que es mejor que no lo haga. 

[Medio segundo después]

Actualización: Ya le escribí yo algo. Algo sencillo: «Te quiero mucho, Blanquita. Feliz navidad». 

Pero parece que ni siquiera le llegan mis mensajes. No crees que me haya bloqueado, ¿o sí? ¡La extraño mucho!

Madeleine: No creo que ella sea del tipo que hace esas cosas. 

Me: Tienes razón. Puede que solo haya cambiado de número y nunca me hubiera avisado, ¿verdad? Incluso si solo fue por descuido… Significaría que ya nunca volveríamos a hablar, ¡solo por ese descuido! Y por su falta de interés…

¿Hablaste con Scarlet? ¿Le deseaste una feliz navidad? ¿Cómo la notaste? ¿Cómo está ella?

Madeleine: No, no he hablado con ella. 

Me: Ella es del tipo de persona que le da mucha importancia a la opinión ajena y a los intercambios sociales como estos… y tú también. 

Así que es raro que no hayan intercambiado mensajes festivos entre ustedes. 

Madeleine: La verdad, he estado un poco ocupada, así que no he tenido la oportunidad de hacerlo. Pero no puedo hablar por ella. La última vez que revisé, tampoco me había dejado ningún mensaje. 

Me: ¿Y si revisas ahora? ¿Hace cuánto no hablas con ella? Llevo un tiempo sin preguntar, ¿no? Ya que he estado más preocupado por Blanquita últimamente. 

Madeleine: Creo que la última vez que hablamos fue por mi cumpleaños. O quizás un poco después. Déjame reviso… ¡Oh! Mira qué coincidencia, justo me acaba de escribir.

Me: Sí, bueno, era de esperarse de ella… Creo que no la extraño tanto.

O más bien… Hay momentos en los que sí extraño el pasado, al recordar las cosas bonitas que compartí con ella. Pero no tengo ni una gota de esperanza acerca de un futuro con ella y por eso, de algún modo, se siente como si no doliera tanto.

Al final, el dolor surge a partir de la esperanza o por lo menos se filtra a través de ella. Incluso aunque no sea una esperanza muy grande… o tal vez precisamente porque no es grande. 

Podría ser un idiota creyendo que todo estará bien algún día y sería feliz con esa mentira. 

Pero no es así. 

Con Blanquita solo puedo conservar una pequeñísima esperanza. Tan pequeña que no sirve para nada. Tan pequeña que no parece esperanza, porque digo claramente: «sé que nunca será así».

Pero a pesar de que es una esperanza tan pequeña, es apenas del tamaño justo para seguir causándome dolor. 

Sé que con Scarlet también aún tengo algo de esperanza en el fondo. 

Pero es tan pequeña que ni siquiera puede verse al lado de la pequeña esperanza que tengo con Blanquita. 

Parece que me has dejado hablando solo…

Y ya apareció Blanquita. Solo me respondió con un frío: «Feliz Yule».

Quiero morir.

Es tan indiferente… Siento que me odia.  

Tal vez ahora sí debería alejarme de ella para siempre. Me duele mucho su actitud. 

Después de dos o tres semanas enteras sin hablar y me responde dos palabras con toda la frialdad posible. Podrían pasar años y sería igual.

¿Por qué sigo sufriendo estas cosas y el sufrimiento nunca se acaba, Madeleine?

Normalmente solo me quiero morir todos los días, pero cosas como la actitud que ella me dedica me recuerdan… que no solo quiero morir, quiero matarme. 

Ah… Feliz navidad, Madeleine.

Madeleine: …

049. Más de lo mismo

049: Más de lo mismo

Me: Tengo mucho miedo… ¿Hace cuánto tiempo crees que no hablo con ella? 

Madeleine: Al menos un par de semanas.

Me: Exactamente. Solo dos semanas, pero siento como si hubiera pasado mucho más tiempo. Es como si el tiempo pasara más lento porque no tengo nada que esperar de ella, ¡porque no tengo un futuro con ella! Y si no tengo un futuro, entonces el presente nunca se acaba, está estático, y si se mueve es tan lento que a duras penas se percibe. 

Siento como si llevara años tratando de ahogar mis ganas de hablar con ella, tratando de matar mis deseos de abrazarla, ¡pero solo han pasado dos semanas! 

Y para ella seguramente es todo lo contrario. Aunque pasen diez años sin hablarme, para ella no serán más que diez segundos y por eso nunca le voy a hacer falta, porque no importa si llevo muerto por más de diez generaciones, para ella será como si nunca me hubiera ido porque realmente nunca estuve. 

Pensé que ya la estaba superando, pero miro el reloj y el tiempo no ha pasado. 

¿Cuál es la hora en la que voy a ser feliz y porque mi reloj no avanza hacia ningún lado?

Estoy estancado en un paradójico presente, donde las cosas se acabaron sin siquiera haber empezado. 

Siento que ni siquiera pude terminar de suspirar por su llegada cuando ella ya me estaba diciendo adiós. 

Quiero morir. 

Hoy estuve varias veces revisando su perfil, esperando ver si la encontraba en línea o veía que actualizaba su estado, porque no lo ha actualizado en dos semanas y empecé a preocuparme. ¿Estará bien? ¿Le habrá pasado algo? Pero dos semanas no son nada y ella seguramente está bien, disfrutando de su vida con la gente que quiere, sin necesidad de virtualizar su existencia para hacer compatible su experiencia con los que no tenemos una vida propia, y pensé que la estaba superando, pero solo han pasado dos semanas ¡y estoy tan preocupado! 

Y solo quiero dejarla en paz, pero no puedo evitar buscarla y tengo miedo porque sé que está bien y en realidad no quiero encontrarla para ver que está tan bien sin mí. 

¿Tiene algo de sentido lo que digo?

No quiero que vuelva a hablarme.

Pero me gustaría que algún día volviera a hablarme y me dijera: «te quiero mucho y quiero estar contigo», pero eso nunca va a pasar y por eso no quiero que vuelva a hablarme, porque cualquier cosa que me diga no va a ser lo que quiero que me diga, y aunque su voz es la cosa más bonita que he escuchado, cualquier cosa que me diga solo me va a hacer estremecer en profundo asco y decepción.

¿Tiene algo de sentido lo que digo? 

¿Acaso algo tiene el mínimo sentido en toda mi patética, triste y solitaria vida? 

045. Retrato borroso de un ataque de ansiedad

045: Retrato borroso de un ataque de ansiedad

Voy a morir. Estoy muriendo en este momento.

Mis oídos se han tapado y mis pensamientos han quedado atrapados dentro de mi cabeza. 

Mi visión se ha nublado y los bordes de la realidad han quedado oscurecidos. 

Parece que me quedé atrapado dentro de mí mismo y ya no puedo acceder al mundo real. ¿De verdad existe una realidad más allá de mis pensamientos? 

Tal vez me quedé atrapado dentro de un sueño. ¿Por qué los rostros de las personas parecen falsos? 

El mundo a mi alrededor se siente falso, pero las sensaciones dentro de mí tienen la solidez de una roca. No hay manera de que estas náuseas no sean reales, ni el dolor en mi pecho ni la violencia con la que me están temblando las piernas. 

¿Por qué tengo tanto miedo de morir? 

Ni siquiera me gusta la vida. ¿Entonces por qué siento tanto terror ante la idea de extinguirme?

¿Me estoy volviendo loco?

¡Por favor que alguien me salve!

No quiero morir. No quiero morir. No quiero morir. No quiero morir. No quiero morir. 

No quiero morir no quiero morir no quiero morir no quiero morir no quiero morir no quiero morir noquieromorirnoquieromorirnoquieromorirnoquieromorirnoquieromorinoquieromorir

Solo quiero estar bien. 

¿Por qué nadie me escucha? ¿Por qué no se escucha mi voz y por qué parece que mi sufrimiento es invisible para el mundo? 

Tal vez soy yo el que no es real. Tal vez soy yo el que no existe. 

Y si no existo, ¿entonces dónde estoy? 

No puedo morir porque no existo. Estos sentimientos no pueden morir porque no existen. Este sufrimiento nunca va a desaparecer porque no existe. Entonces estoy condenado a sufrir eternamente.

Que alguien me ayude, por favor. Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor por favor, por favor…

Una lágrima fría y una caliente se deslizan por mis mejillas quemando mi piel mientras repito «por favor» infinitamente hasta quedarme dormido. 

La consciencia se me apaga y muero por un instante. Me despierto al sol siguiente apenas con la energía suficiente para volver a temerle a la muerte.

Que alguien me salve por favor.